Damos un brinco (luego volvemos al sur grancanario para ocuparnos de Mogán y de Paquirrín) hasta la isla de Lanzarote, donde sus dos principales instituciones hace tiempo que se han convertido en un ejemplo de obscenidad política, de protección y fomento de la corrupción y de las peores prácticas políticas del manual. El alcalde de Arrecife, Cándido Reguera, acaba de hacer secretaria accidental del Ayuntamiento nada menos que a la hija de Dimas Martín, imputada como su padre y la práctica totalidad de su familia en la trama de corrupción que se investiga en el marco de las operaciones Unión y Jable. Sepan, por si no lo recuerdan, que los secretarios municipales son los responsables de velar por la legalidad en las Corporaciones locales, han de ser licenciados en Derecho y personas de intachable trayectoria que no se puedan ver contaminadas por el medio ambiente local. Nada de eso parece importar un pimiento al alcalde, Cándido Reguera, del PP, que ascendió al cargo gracias a una pandilla de corruptos capitaneados desde la cárcel por Dimas Martín. Y cuando te coloca un capo tienes que hacer lo que el capo te diga, no vaya a aparecerte una cabeza de caballo en la cama.