El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Del castigo del telediario al irse de rositas
Casi toda la prensa canaria se sumó este fin de semana al noble empeño de desentrañar el sumario de Las Teresitas, desencriptado el jueves por la magistrada en los minutos de descuento antes de que el imputado principal, Miguel Zerolo, vuelva a estar aforado por su condición de senador por la Comunidad Autónoma. Hasta el periódico El Día, especializado en decir que allí no hay caso y en defender la honradez de los empresarios y los políticos en presencia, ha tenido que dedicarse a la cuestión, no vaya a ser que cuando seamos república independiente de Canarias alguien le pregunte a don Pepito qué fue de su ciega defensa de los poderes indecentes. No hay delito de cohecho, pero permanecen los de malversación y prevaricación, los más leves de la amplia gama que en principio cabría atribuibles a los investigados dada la inmensa cantidad de cochinadas que estamos conociendo a través de las investigaciones de la Policía y de la Fiscalía Anticorrupción. Estamos presenciando, miren ustedes por dónde, lo que José Manuel Soria llamó el otro día la “pena del telediario”, consistente en airear las miserias de los imputados sin que sobre ellos pese ni siquiera una acusación previa al juicio, y mucho menos por tanto una sentencia. Pero es que los periodistas no presidimos tribunales, ni pronunciamos veredictos, ni dictamos sentencias, simplemente nos limitamos a contar lo que vemos, y lo que estamos viendo en este sumario desprende un pestazo que tira para atrás. Como tira para atrás la extendida creencia de que aquí todo el mundo se va a ir de rositas.
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