De repente se hizo un breve pero dramático silencio en la sala de vistas que utiliza el Juzgado de lo Penal 5, de Las Palmas de Gran Canaria. Un testigo que acudía este miércoles a un juicio por calumnias contra el director de este periódico reconoció que había recibido una llamativa sugerencia del actual vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria. En una cena celebrada el verano de 2003 en casa de Fernando del Castillo, en Monte León, el político pidió al testigo, el empresario Rafael Bravo de Laguna, que retirara el recurso contencioso-administrativo que la empresa Idagua había presentado contra la adjudicación de dos módulos de desalación de aguas a la empresa Isolux. Era un hasta ahora desconocido eslabón entre Soria y el escándalo que el vicepresidente del Gobierno no esperaba escuchar de modo tan nítido. Por eso se lanzó a anunciar que denunciará al testigo por falso testimonio.