La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera
Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

César Manrique y la desfachatez de Coalición Canaria

César Manrique/ Imagen cedida especialmente por la Fundación César Manrique

Carlos Sosa

Ninguno de los tres últimos consejeros de Cultura del Gobierno de Canarias, todos ellos de Lanzarote, ha visitado jamás de manera oficial la Fundación César Manrique, titular de la herencia ambientalista y tenedora de la obra y de todos los derechos del genial artista, de cuyo nacimiento se cumplen cien años este miércoles. Puede que haya sido por vergüenza o puede que por desprecio. En ambos casos el motivo es el mismo: Inés Rojas, Mariate Lorenzo e Isaac Castellano saben perfectamente que han formado parte de gobiernos que han actuado a espaldas de los principios que inspiraron la vida y la obra de César porque que hace tiempo que Coalición Canaria decidió que le resultaba más rentable proteger a los especuladores que a la biodiversidad de las Islas.

A Fernando Clavijo se le empezó a ver el plumero de su escasa conciencia ambientalista con la posición de tibieza que adoptó cuando su antecesor, Paulino Rivero, encabezó la respuesta institucional de Canarias a las prospecciones petrolíferas que impuso el funesto ministro de Turismo que sufrimos hasta hace pocos años, el tal José Manuel Soria. Solo cuando la presión política fue insoportable resolló a duras penas.

El actual presidente canario es un desarrollista confeso, y para la posteridad dejará uno de los atentados legislativos más brutales contra las Islas Canarias: la Ley del Suelo. Frente a la oposición manifestada por expertos en el territorio, por los movimientos ecologistas y por plataformas organizadas a tal fin, Clavijo sacó adelante una ley que contó sobre todo con las aportaciones de los asesores jurídicos de grandes empresas inversoras, eufóricas ante la promesa presidencial de que se acababa con las tramitaciones garantistas y con el control previo de legalidad , con el blindaje del suelo rústico y con la lógica proteccionista de una tierra que se vende al mundo como destino turístico de gran calidad natural y paisajística. El presidente y los depredadores a los que animó desde el Gobierno encendieron la mecha del regreso del ladrillo con la coartada de que la crisis económica y las altas tasas de desempleo del Archipiélago obligaban a desarbolar la moratoria y a abrir nuevas oportunidades camufladas como operaciones estratégicas o inversiones de futuro.

Con la Ley del Suelo, Clavijo y sus cómplices se llevaban por delante toda la filosofía que desde la década de los 60 logró imponer en la conciencia de Lanzarote, y más adelante en gran parte de Canarias, el artista César Manrique.

Su legado ha quedado prácticamente recluido a las acciones que promueve la Fundación César Manrique (FCM), convertida en guardián de las esencias y, consecuentemente, en un enemigo de las instituciones gobernadas por Coalición Canaria, particularmente el Gobierno regional y el Cabildo de Lanzarote.

Los desencuentros han sido constantes y seguramente alcanzaron su máximo nivel de hostilidad precisamente con la oposición de la FCM a la Ley del Suelo, para lo cual llegó a reunir en un mismo debate a dos expresidentes particularmente críticos, Paulino Rivero y Román Rodríguez.

El actual Gobierno, el de Fernando Clavijo, ha ido aún más lejos que sus antecesores en la depredación y en la desprotección del territorio. Las acciones contra el cambio climático han terminado por revelarse puro maquillaje político, con una consejera y una viceconsejera del ramo absolutamente ignorantes de la magnitud del problema, ausentes de las grandes citas globales en las que los pueblos y sus gobernantes tratan de embridar este asunto tan crucial para el futuro más inmediato. Que, además, esa negligencia la protagonice el Gobierno de uno de los lugares más vulnerables por su situación geográfica y con la mayor biodiversidad del planeta agrava aún más esta negligencia.

Inasequibles al desaliento, en Coalición Canaria tratan de fingir una sensibilidad ambiental que no tienen. Hoy, en el centenario del nacimiento de César Manrique, el presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, y el del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, protagonizarán un acto institucional en Los Jameos del Agua completamente a espaldas de la FCM, que ha programado una apretada agenda de un año de duración con actos de verdadero calado.

El de hoy en Los Jameos será un acto puramente electoralista aprovechando la coincidencia de las fechas con la campaña para las generales, del que se informó a lo herederos del legado de César cuando todo estaba programado. Un acto que se encuadra en un programa que incluye diez conciertos, diez, en la playa de El Reducto, como si una manifestación artística de ese tipo tuviera algo que ver con Manrique, al que se termina por ofender colocando al frente del comité organizador a Juan Gopar, asesor áulico de Coalición Canaria y uno de los artistas menos significados en la defensa del homenajeado y sus planteamientos.

El partido que ha arrasado con la herencia ambientalista de César Manrique, que ha amparado la corrupción urbanística que ha campado a sus anchas en Lanzarote bajo gobiernos insularistas y nacionalistas y que ha legislado para los especuladores y los depredadores, insulta a los lanzaroteños con un homenaje electoralista que será inmortalizado con una retransmisión en directo a través de la televisión pública. No se puede tener más desfachatez.

Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Etiquetas
stats