Y quienes también navegan en la incertidumbre son los responsables de la firma Ródano, beneficiaria de la privatización que en 2006 hizo Marcos Brito de las joyas hosteleras de la corona. No hay manera de que los adjudicatarios por 15 años de Pamarsa encuentren el modo de entenderse con Marcos Brito o con su concejala de Hacienda. Parece que solución que exploran, solución que se aborta a los cinco minutos, dada la intransigencia de los munícipes que, en su día, defendieron a ultranza la concesión administrativa parcial del objeto social de Pamarsa, que ahora “engorda” para acoger a despedidos, compromisos, enchufados y clientes habituales del Ayuntamiento portuense. Los asesores jurídicos de Ródano saben que entre los propósitos de un desbordado Marcos Brito (y lo de desbordado es en el sentido político) está rescatar la concesión, aunque sea de forma temporal. Por lo visto, las reuniones de este lunes prosiguieron sin hallar otra salida que la empresa denuncie el vigente contrato por distintas causas que impiden su normal cumplimiento y las prestaciones previstas en el pliego de condiciones. La reapertura de la cafetería del Taoro, otro elemento a tener en cuenta. Y los trabajadores, contemplando tan “despejado” panorama.