Veinte años sin concurso de asignación de frecuencias de radio quizás habían conducido a algunos de los concursantes a cierta relajación de costumbres, a confiar en las buenas relaciones con el poder político y a los hechos consumados. El resultado del concurso de las 156 nuevas frecuencias ha supuesto una tremenda conmoción en el mapa mediático canario con consecuencias en el aspecto político-editorial (ver El Día), en la vertiente judicial (ver recursos y querellas interpuestos y por interponer), en el organigrama de algunas editoras concursantes (ver Diario de Avisos) y en la estampida de algunos de los más consagrados captadores de concursos de Coalición Canaria que, sin embargo, no han pillado cacho en esta ocasión. En este último caso se encuentra, por ejemplo, el popular Paco Padrón, propietario de Canal 7 del Atlántico, que concursaba a las radios con su filial Super 7 Radio y que no obtuvo ninguna frecuencia. El comunicador ha comunicado que así las cosas, y en evitación de males mayores, pone océano de por medio y se marcha a hacer las Américas, concretamente a Miami. Pero antes habrá de vender su Canal 7 de televisión, que ha salido al mercado por la módica cantidad de 600.000 euros, en los que se incluye el compromiso de dejar resuelto el expediente administrativo abierto por irse a negro, esto es, por no emitir como mandaban los cánones del concurso de TDT que en su día ganó.