Aunque en la desaparecida página en Internet no se especificaba nada en absoluto de los permisos exigibles para un proyecto así, casi estamos por asegurarles que los promotores no cuentan con ninguno, especialmente por las dificultades derivadas de la ausencia de planeamiento en los dos municipios afectados, por las consideraciones de ordenación insular de afección y por las complicaciones que entraña una tramitación de este tipo en la ubicación elegida. Los promotores llegaban a reconocer en su web que eran conscientes de que tenían un problema con la amplia población de eucaliptos que se levantan en ese barranco, pero anunciaban que suplirían el arboricidio plantando nuevas y numerosas especies en la zona. Además, prometían que contratarían a un arquitecto de fama internacional, cuyo nombre, al menos hasta el momento en que pudimos consultar dicha web, era un misterio. Sí había una gran proliferación de vídeos, entre otros uno en el que aparecía Rafael Bello explicando lo importante que era el proyecto, pero sin entrar en el fondo de la cuestión, ese en el que pretendemos entrar a continuación.