Por si quedaba alguna duda de las perversas intenciones del alcalde y de su corte de asesores, tras la marcha del agente de la Policía Local, tan precisamente identificado por el denunciante, entró en el bazar el jefe de prensa del Ayuntamiento, Manolo Moya. De acuerdo con la denuncia, este otro asesor del Niño Bravo, muy probablemente ejecutando un encargo de su señor alcalde, informó al comerciante de que se acabaron las boberías, que los cuatro periódicos que cada jornada eran adquiridos en ese establecimiento para los servicios municipales, así como las revistas que se destinaban a la biblioteca, se comprarían a partir de aquel aciago día en otro bazar del pueblo. El bazar del denunciante se llama Ulises, y está en la calle Tenderete, lo que comunicamos a la población satauteña por si quiere manifestarse contra las cosas del alcalde acudiendo hasta allí aunque sea a comprar periódicos. No vaya a ser que encima se resienta la libertad de expresión.