Ya les dijimos ayer que el debate de la Televisión Canaria había resultado todo un éxito, al menos si se le comparaba con el de los candidatos al Congreso por Santa Cruz de Tenerife. Pese a competir con Ana y los Siete, CSI y El peliculón de Antena 3, el debate canario alcanzó un 6,8% de la cuota de pantalla, lo que significa que hubo una media de 39.000 personas que lo vieron y un pico de audiencia que rondó las 60.000. No está nada mal, sobre todo teniendo en cuenta que los primeros minutos no fueron especialmente llamativos para los espectadores. La señora Roldós, que consiguió este martes concitar todas las unanimidades en torno a su desastrosa participación, evitó hablar de corrupción, como les dijimos, pero el PP mandó inmediatamente a sus corifeos a lanzar una nueva ofensiva sobre la oscura y sucia etapa socialista. Un articulista de un periódico de papel (muy replicado y contradicho últimamente, por cierto) se lanzó de tal modo ayer a ejecutar las instrucciones del Estado Mayor, que se le fue la mano y mostró lo que no debe mostrar nunca un periodista: desinformación. Un artículo tan cargado de desinformación no se puede, encima, dedicar a un periodista muerto mientras buscaba la verdad. Pero tiene, el articulista/subdirector (enhorabuena) la misma cara que gasta el PP para la propaganda.