Pese a algunas campañas en contra detectadas en ambientes sindicales y en una multinacional (tanto monta, monta tanto), la empresa Seguridad Integral Canaria, de Miguel Ángel Ramírez, sigue dando muestras de mucha solidez. Tras las acusaciones de que no está al día en los impuestos y obligaciones con las Administraciones, éstas le siguen contratando, lo que significa lo contrario de lo que señalan los acusadores porque la ley es clara en eso: no se trata con el infractor. El último gran contrato que ha conseguido SIC es el de la seguridad en los aeropuertos de Tenerife Sur, La Palma y La Gomera, lo que ha hecho que la plantilla de esta empresa canaria alcance ya las 1.800 personas. Bien harían las autoridades en fijarse en empresas como ésta, que no están en el bollo del cogollo del meollo, que no generan problemas de negocios inexplicables ni subvenciones sin justificar y que, además de riqueza, generan empleo.