Mientras algunas cosas que les contamos vienen ocurriendo en los alrededores de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), en algunas de las asociaciones que la forman también cuecen habas. Es el caso de la Asociación de Empresarios de la Construcción (AEC), donde hace tiempo que estalló una crisis de imprevisibles consecuencias que los dirigentes patronales habrán de coger con pinzas. También acaba de atravesar esta asociación un proceso de elecciones, pero a diferencia de la confederación, los síntomas de debilitamiento público y de división interna son más que preocupantes, casi diríamos que para alarmarse. Los más críticos del sector ya hablan de abrir un nuevo proceso electoral que necesariamente concluya con una junta directiva más creíble.