No podía ser más inoportuna la reaparición de Mario Romero Mur en las quinielas electorales de su partido de toda la vida, el PP. Parece como si la mala suerte quisiera espantarlo de una de sus debilidades, la política, y por segunda vez consecutiva como consecuencia de una acción sospechosa de su partido. Mario Romero Mur es un hombre muy influyente en la esfera de personas más allegadas a Soria; Soria es amo y señor de las decisiones políticas y administrativas de Mercedes Roldós; Improcansa es una empresa inmobiliaria en crisis que tiene estrechísimos vínculos con Soria desde el pelotazo del Canódromo; Improcansa idea un negocio con la hemodiálisis, para lo cual, a través del yerno del propietario, se apoya en un concuño de Mario Romero Mur, Javier Artiles, a su vez asesor jurídico de la consejería de Mercedes Roldós. Improcansa compra en el mercado del fastbusiness una empresa, Lifeblood, con la que concursa y gana, probablemente sin necesidad de que Mario Romero Mur, Artiles, Soria y Roldós hayan tenido que remar en la misma dirección, ni pedir nadie que las bases del concurso se adaptaran a la triste realidad de Lifeblood. Qué mala suerte la de Mario Romero Mur.