Soria es un magnífico economista, o al menos así figura en los anales del Ministerio de Economía, cuando Solchaga presumía de él ante sus invitados: “Es un poco facha”, decía, “pero de lo mejorcito que tengo aquí”. Pero cuando a Soria se le cruzan los argumentos políticos, pierde hasta los principios aritméticos. Por ejemplo, si en la anterior legislatura el PSC tenía más diputados que el PP y perdió representantes en la Audiencia de Cuentas y en el Consejo Consultivo en favor de los conservadores, no hubo ningún atentado a la proporcionalidad. Si ahora, tras la ruptura entre CC y PP, toca devolver al PSOE lo que le quitaron, toca hablar de desprorporción, a pesar de que PP y socialistas tienen el mismo número de parlamentarios regionales, que es el parámetro que se aplica. Y eso que las matemáticas eran ciencias exactas.