Esas cuatro licencias susceptibles de ser sacadas a concurso se localizan en Las Palmas de Gran Canaria, en Lanzarote y en Fuerteventura. Así que el PP puso en marcha su maquinaria propagandística para explicar al mundo entero que disponía de esa posibilidad. Para ello, nada mejor que un hombre que en el pasado tuvo algún contacto con el mundo del juego, el concejal de Parques y Jardínes de Las Palmas de Gran Canaria, Antonio Naranjo, que en su día regentó una pequeña empresa de máquinas tragaperras o recreativas. Naranjo hizo un curso acelerado de casinos y recibió a empresarios interesados en algunas de las licencias sacadas de la manga por el dúo de Oriente. No vamos a desvelar el contenido de esas entrevistas porque no lo conocemos en su integridad, aunque hay quienes tienen contadas hasta las veces que suspiró el concejal.