El hecho de que no hayamos comentado nada aquí no significa que hayan pasado desapercibidos los densos y sesudos artículos de opinión publicados estos días por el abogado Eligio Hernández Gutiérrez en Canarias7 criticando duramente la sentencia por la que se condenó al ex presidente de la Audiencia Provincial de Las Palmas, José Antonio Martín, por un delito de negociación prohibida a funcionario público. No es noticia que Hernández defienda la inocencia de su amigo José Antonio Martín; ni siquiera es la primera vez que lo hace. Como tampoco constituye novedad que critique respetuosamente una resolución judicial, algo que es lícito y saludable en un estado democrático como el nuestro. Lo verdaderamente llamativo de las encíclicas de don Eligio fue el ataque directo y durísimo que profirió contra los magistrados Carla Bellini y Miguel Ángel Parramón, instructores, cada uno en su esfera competencial, de la causa que acabó con esa condena del TSJC.