Nos consta que en el caso concreto de la Gran Marisma, José Segura ha sido hasta tibio. Su trabajo se ha limitado a transmitir a las instituciones de aquí las instrucciones, advertencias, expedientes y propuestas procedentes del Ministerio de Fomento. Incluso se le ha llegado a ver especial y preocupantemente conciliador con José Manuel Arnáiz, lo que le ha costado críticas en su propio partido. Larry Álvarez vuelve, por tanto, a equivocar el tiro. Pero lo entendemos, le puede el corazón. Recuerden que cuando caiga Arnáiz caerá la esposa de Larry, Teresa Cruz, jefa de prensa y asesora plenipotenciaria del presidente de la Autoridad Portuaria. Por cierto, ¿a qué vienen ahora el PP y el periódico del régimen a reclamar consenso? ¿No fueron rechazadas en el consejo de administración del organismo las propuestas que en tal sentido llevaban los representantes del Estado? Pero qué caras están las hipotecas, oye.