Los que tenían alguna duda acerca de la capacidad de convocatoria y el poder de Demetrio Suárez en Gáldar deben volver a encender una vela a los santos, beatos o virgenes favoritos. Habrán de esperar mejor ocasión para ver al alcalde -estrella y guía del Guanartemato- defenestrado políticamente así se le caiga encima el cielo a sus protegidos. Este sábado por la noche logró llenar de nuevo, pero además hasta con caras de alegría y optimismo, el inmenso patio de deportes del colegio público Fernando Guanarteme donde cada año el hombre reúne a sus huestes, previo pago del importe exacto de la cena y el bailongo, para arengarlos convenientemente. Demetrio aprovechó el boncho para presentar la renovación en su lista municipal, porque lejos de lo que pudiera pensarse (incluidos nosotros) el hombre repite a la Alcaldía y lo hace bajo los designios del puño y la rosa.