Habían pasado pocos días desde que la juez Zabala, que investiga la gestión de Guillermo Reyes y José Luis Mena en la Concejalía de Urbanismo de Telde, había puesto en libertad a los primeros detenidos. Había estallado la Operación Doramas y los que creían que todo eran inventos de este periódico pusieron sus barbas a remojo. El letrado en cuestión, hijo de un ex concejal del PP, fue abordado en la calle por un antiguo servidor público, que lo fue en Urbanismo pero que ya lo había sido anteriormente en algún cuerpo de seguridad del Estado. Le invitó a que se subiera al coche y, tras parar en La Garita, en un descampado contiguo a un chalet de reciente construcción, se incorporó al grupo una tercera persona, imputada en Doramas. Ambos explicaron con tono contundente al abogado que se andara con ojo, que bajo determinadas circunstancias la vida en Telde no vale nada. El letrado ha declarado como testigo ante la Policía, pero no relató lo que relata en los bares de su ciudad.