El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Desoyó los buenos consejos
Coalición Canaria tuvo un gesto prudente cuando no puso a un solo imputado en sus listas en la última convocatoria electoral municipal de mayo pasado. Eso dejó fuera a Luz Reverón, que se reintegró de ese modo a su puesto de funcionaria en el Cabildo de Tenerife. La pérdida del cargo público y el feo andar que tiene la perrita judicial en torno al mamotreto, pronto convirtieron a Reverón en un cadáver político. Se acabaron de repente las lisonjas, los apoyos inquebrantables, las chulerías de poder marca de la casa Zerolo; se acabaron las cenas con concejales de la oposición a los que ponía a sus pies para que no le rechistaran. Y afloraron los cadáveres que dejó en la cuneta, y las fuerzas vivas que trató de convertir en cadáveres. Por petición propia, a través de Zerolo, logró, por ejemplo, que el popular Alfonso Soriano Benítez de Lugo sufriera la única destitución de sus cuarenta años de carrera política. Ocurrió en la reedición del pacto de CC con el PP, en marzo de 2010, cuando el alcalde Zerolo pidió a Cristina Tavío que, para tener la fiesta en paz con Luz Reverón, retirara a Soriano del consejo asesor de la Gerencia de Urbanismo. No quería testigos ni nadie que le pudiera repetir el consejo tantas veces desoido de que depusiera su actitud en Las Teresitas. Tampoco se ha olvidado de ella la concejala Ángela Mena, que sufrió en una dura pugna por un quítame allá esos presupuestos para pagar las viviendas de los afectados por la riada del 31-M. Mena la esperó en la bajadita.
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