Se resiste como gato panza arriba el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Emilio Mayoral, al que el Gobierno ha destituido exclusivamente de boquilla. Le acusan de desleal, de ejecutar sus funciones sin someterse a los designios gubernamentales, de convocar consejos, de hacer que el Puerto siga activo, de actuar democráticamente... Nombran, además, a su sustituto, y mandan una carta al Ministerio de Fomento explicando tales decisiones. Pero no cumplen con el precepto principal, publicar la destitución de Mayoral en el Boletín Oficial de Canarias (BOC), paso previo e imprescindible para que Fomento haga lo propio en el BOE, como ordena la Ley de Puertos aprobada en su día por el PP, que tan cabreado anda con estos retrasos. Al ritmo que van los acontecimientos, Mayoral va a tener que convocar un nuevo consejo para que no le caduque por negligencia administrativa una concesión en Lanzarote.