“Antes, mejor el Diablo”. Con esta apocalíptica frase arrancó este domingo don Pepito Rodríguez los cuatro párrafos que dedicó a Santiago Pérez en su pastoral de la jornada. “Santiago Pérez (...) se ha condenado al fuego eterno, políticamente hablando, por su trayectoria en la vida pública”, afirmaba el líder espiritual de la independencia de Canarias, que con esta nueva lunática entrega entraba a saco en la campaña de las primarias del Partido Socialista. Estamos seguros de que sus intenciones no tienen dobleces, que es cierto que no quiere al político lagunero cerca de ningún órgano de poder. De lo que no estamos tan seguros es de que con estos ataques consiga tal propósito o, muy al contrario, que la militancia socialista con querencia al pasotismo se mueva y acuda a votar el día que corresponda. Y perdón por lo del día. Una vez más el editorial dominical del periódico de don Pepito nos llenó de gozo al descubrir que los pecados que han conducido a Santiago Pérez a su condena al fuego eterno tienen que ver con: a) “sus continuas denuncias a instituciones y personas honradas que han conseguido en política, y también en el mundo empresarial, mucho más que él”; b) “su oposición a que Santa Cruz tenga una playa en condiciones; c) su oposición ”a la construcción del puerto de Granadilla para que Tenerife siga en segunda categoría portuaria, siempre por detrás de Las Palmas que es de donde recibe las órdenes este político (...) Igualmente, por oposición u omisión, está en contra de la segunda pista del aeropuerto del Sur. Hay más asuntos que, como decíamos antes, omitimos por falta de espacio“. Y nosotros, uf.