Carece por tanto de rigor, a la vista de la revocación del Supremo del archivo del caso de los trajes de Camps y de la lectura del escrito de acusación del Fiscal Anticorrupción, sostener a estas alturas que el caso salmón fue un montaje, un invento, una conspiración. Por el contrario, lo que sí parece que existió fue un mal archivo de una causa penal. La magistrada que archivó el salmón sostuvo “que no se acredita la relación de causalidad que habría de existir para que hubiera delito entre el ofrecimiento de aquel viaje y la condición de presidente del Cabildo que entonces ostentaba D. José Manuel Soria, puesto que la adopción legal del acuerdo por parte del Consejo de Gobierno del Cabildo no necesitaba ni de la presencia ni de la anuencia de su presidente y cuya sustitución está legalmente prevista”. El TSJC valenciano sostuvo lo mismo con Camps: “En similar sentido, el Auto de sobreseimiento dictado en fase de instrucción por la Iltma. Sra. Instructora de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias de 21 de mayo de 2009, no estimando in concreto la necesaria relación de causalidad entre la aceptación de la invitación a un viaje y el cargo o condición de la autoridad imputada”. Sin embargo, Camps irá a juicio con una petición de condena por parte de la Fiscalía que pasamos a reproducir.