Además de algunas señorías del PP, que siguen sin acostumbrarse a los buenos modales parlamentarios y a las mínimas normas de conducta, el que dio la nota en esta primera sesión de control del Congreso de los Diputados, fue su presidente, Manuel Marín. Le podemos apodar desde ahora DJ Marín, lo que traducido al romance y por respeto a las personas de más de 50, diremos que DJ es disc jockey, profesional del disco de vinilo, hoy del CD, encargado de animar las pistas de baile. Su progresión ha sido de tal calibre que ya existen por el mundo DJ's que graban discos y congregan a multitudes en sus bolos. Estos DJ's, a cuya nómina sumamos hoy a Manolo Marín, ya no pinchan la música que pide el respetable, sino que imponen lo que a ellos se les pone en las narices. DJ Marín, con sus botoncitos y su empeño en hacer cumplir de modo implacable el reglamento de la Cámara, ha demostrado su afán de notoriedad más allá de lo natural. Invitamos al respetable a boicotear sus discos.