Todo puede ser producto de una desafortunada coincidencia, pero el caso es que 24 horas antes de que el Cabildo de Gran Canaria denunciara que se habían volatilizado cinco millones de euros de Cultura en favor de Tenerife, supimos de grandes revuelos en la Viceconsejería de Cultura. La causa de tales perturbaciones, que afectaron especialmente a jefes de servicio y jefes de sección, no fue otra que la omnipresente Dulce Xerach Pérez, ex viceconsejera, que estaba pidiendo unos datos para una presentación presupuestaria. Los funcionarios perdían literalmente el trasero por satisfacer tales pretensiones, alentados quizás por el nuevo viceconsejero, Alberto Delgado, que por heredar de Dulce X ha heredado hasta secretarias, asesores de prensa y propaganda y jefes de la más variada especialidad. Incluida la sección de obras del teatro Guiniguada.