Debemos animar a los trabajadores de Radiotelevisión Española en Canarias para que puedan alcanzar el éxito en su lucha por el mantenimiento de esos centros en las islas. Tienen sus razones y los usuarios tenemos derecho a una televisión estatal de calidad que respete las particularidades nuestras y las normas básicas de ultraperificidad que se aplican en esta materia en territorios similares de la UE. Pero cada día llegan con más nitidez al centro de TVE en Canarias voces críticas que piden a sindicatos y directivos un esfuerzo recíproco de mejora de la calidad de la programación, de los informativos y de la eficiencia y eficacia. No es admisible que tras el respaldo popular, ese centro no salga del marasmo y anquilosamiento que hace años sufre.