Para colmo de males, el poco suelo que los actuales impresentables gestionaron para la construcción de viviendas sociales lo gestionaron mal. Y todo apunta a que fue cedido de un modo tan chapucero, en sitios imposibles y con tal desgana por el simple motivo de que el concejal de Urbanismo, Guillermo Reyes, y la de Vivienda, Toñi Torres, no se llevaban bien. Al primero no debían hacerle gracia las anotaciones de la Torres en su libreta, y a la segunda no le daba la gana, seguramente, de anotar mejor. Prometió la todavía concejal por el PP que haría 365 viviendas en un año, es decir, una por día, y no pudo cumplir su promesa ni siquiera en un mes. Si los teldenses quieren, a partir de junio habrá un gobierno municipal más serio en la ciudad que tendrá que asumir la quiebra institucional, económica y moral que estos indecentes han dejado. Y empezar de cero a hacer acopio de suelo para destino social. Cuatro años (o más) perdidos. Y Soria exige a otros que pidan perdón.