En septiembre de 2005, con la privatización de Sialsa porque el Cabildo de Soria (provincia de Las Palmas) no estaba para vender yogures, el PP engatusó a los trabajadores de la central lechera de Almatriche con que detentaría el control de las decisiones en materia de personal de por vida con su hediondo 5%. ¿En qué cabeza capitalista cabe eso, men? Y hace medio año, cuando llegó la hora de mover las piezas del capitalismo rampante, el 95% privado de Sialsa cuantificó en 1,3 millones de euros los cuartos a desembolsar por parte del 5% público para seguir manteniendo el mismo porcentaje en el accionariado de Sialsa. ¿Más de un millón de euros para seguir sin pinchar ni cortar nada? El Cabildo, evidentemente, se negó a esa operación, y no por una decisión caprichosa del político de turno, en este caso Demetrio Suárez (PSC-PSOE), sino por prescripción facultativa de sus propios funcionarios economistas y jurídicos. ¿Ha contado esto la Rosa del Zeñorito? Y para más inri, ¿ha sabido explicar el actual grupo de gobierno insular cuál es el fondo del caldero del caso Sialsa? Como nos tememos que no, les damos sólo algunos detalles más...