Dijo don José en su crónica que se limitó a enfatizar ante su señoría que él es un hombre de orden que no se dedica a insultar a la gente, sino en todo caso a ejercer la crítica política en la aplicación de su derecho a la libertad de expresión. No es correcto el bingo, como se encargó de destacar la abogada de Santiago Pérez, que a pesar de no haber tenido el honor de una mísera respuesta por parte del insigne imputado, pronunció sus preguntas y pidió que constaran en acta. Así, hemos podido saber que Sandra Rodríguez preguntó al aire que respiraba don Pepito si creía necesario para la formación de la opinión de los lectores de sus celebrados editoriales dedicar insultantes epítetos al diputado Pérez y pedir para él la guillotina o, en el mejor de los casos, la muerte por lapidación. Don José no contestó y se mantuvo ante la juez en todo momento en sus tesis de que no conoce personalmente a Santiago Pérez y que ningún mal le desea. Pues menos mal, añadimos de nuestra propia cosecha.