No es normal en el PSOE, por eso es noticia. El recientemente dimitido secretario general de Lanzarote, Carlos Espino, ha recibido antes, durante y después de su marcha el respaldo de la Ejecutiva Regional de su partido. O eso dicen. No es que hayan organizado una verbena para proclamarlo, pero en medio de un comunicado sobre la cuestión hemos podido leer este lunes una frase muy comprometida: “Carlos Espino ha destacado por su defensa de la legalidad territorial y urbanística y de la igualdad ante la Ley, en un tiempo en el que la ciudadanía había llegado a asumir con normalidad el trato privilegiado de instituciones y políticos hacia los poderosos”. El autor de tal frase, según el comunicado, es el secretario de Organización del PSOE, Julio Cruz, que precisamente este martes viajará a Lanzarote para nombrar a una gestora que se haga cargo de la dirección del partido en la isla. No podemos estar seguros de que ese viaje debió haberse producido antes para así meter en vereda a los que han obligado a Espino a abandonar ejerciendo presiones un tanto insoportables. Después de la apasionada defensa que hizo Rajoy este lunes en el Congreso de la honradez de los políticos, que uno haya tenido que dimitir por luchar contra la corrupción tiene muchos bemoles.