Además de Willy García y una amplia corte de directores generales y asimilados, había pocas autoridades de postín en la tribuna correspondiente de Teobaldo Power. El pez más gordo que pudimos ver fue el presidente de la Audiencia de Cuentas, Rafael Medina Jaber, si descontamos a la viceconsejera de Justicia, Carolina Déniz, que aguantó estoicamente el coñazo. En un lateral estaba la esposa de Paulino Rivero, Ángela Mena, a la que los servicios auxiliares de la cámara pararon a la entrada para que se identificara convenientemente. Un periodista que estaba a su lado informó al ujier de que se trataba de la mujer del presidente, a lo que Mena replicó de inmediato, DNI en mano, que ella estaba allí en calidad de concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Se acreditó, le dieron su pase y no se perdió ni un solo segundo del discurso de su marido.