Blas Acosta se considera víctima de una campaña de desprestigio urdida por algunos compañeros de su partido, el PSOE. A su juicio, no soportan el tren de vida que él lleva, derivado de unos ingresos mensuales superiores a los 12.000 euros. Si se le pregunta de dónde saca tanta pasta, Acosta explica sin remilgos que tiene una gestoría alquilada a sus empleados, que le abonan 6.000 euros al mes, y que del restaurante La Gaviota, de Morro Jable, obtiene también unos sustanciosos beneficios. Este negocio se lo gestiona un tío suyo, al que entrega una parte de los beneficios. No se incluye en esa relación de ingresos lo que Acosta obtiene por la vía de ser el agente comarcal de la compañía aseguradora Mapfre, ni su sueldo como concejal del Ayuntamiento de Pájara, ni los beneficios que le pudiera reportar alguna acción inmobiliaria aislada que asegura haber acometido en solitario. Se considera un valor electoral en alza y cree que fue eso y su capacidad para financiarse sus propias campañas lo que llevó a su partido a proponerlo para candidato a la presidencia del Cabildo de Fuerteventura en las elecciones de 2007.