La verdad es que no sabíamos muy bien este viernes con qué noticia abrir la edición de este periódico. La suspensión cautelar de la demolición del Estadio Insular tiene tela, pero que Mauricio dimita de la empresa del Gas, con todas las connotaciones que tiene el acontecimiento, no es cuestión baladí. El gas había llegado a un punto imposible en las últimas semanas: la casi certeza de que Canarias se quedaba fuera del sector, comprometiendo su futuro energético en la medida de renunciar a una lógica diversificación, ha sido el detonante final para la crisis no resuelta de este viernes. Las ayudas europeas se alejaban y el gas, por no tener, no tenía ni lugar cierto donde ubicarse.