Carla Bellini es una magistrada discreta, de eso no hay duda. Incluso lo es cuando permite que el principal encartado, Miguel Zerolo, se esconda en la biblioteca del TSJC, protegido de los ojos de la prensa, cuando acude a declarar. En ese estado de excepción es natural que las únicas filtraciones posibles de esa causa hayan provenido del propio equipo de trabajadores de la Sala de lo Civil y Penal. La Policía tuvo que intervenir hace unos meses para esclarecer un supuesto caso de revelación de secretos que tuvo como protagonista a una funcionaria, a la que se incautaron en su casa dos DVD conteniendo una copia digitalizada de las actuaciones de Las Teresitas. Se ignora a qué periódico fueron a parar documentos de la causa y si las rendijas quedaron desde entonces convenientemente selladas.