Conocíamos muchas facultades en Luis Hernández Pérez, presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas y ex de muchas ocupaciones públicas. Es un hombre hábil en la negociación y con una alta capacidad para la risa y el buen humor. Moyero y socarrón, es capaz de pasar como todo un presidente o como un despistado estibador según manden las circunstancias. Lo que no sabíamos de él era de su afición por la cacería, y más concretamente por la cacería del zorro, mamífero cánido especializado en la astuta caza de animales de corral. Nos lo ha confirmado él mismo: va a por el líder emblemático del movimiento plateado sin más disimulo que el que imponen las reglas de este ancestral deporte, con especial aviso a todos los cazadores de que él quiere darle el tiro de gracia al animalito de Dios. Y todo, fíjense ustedes cómo son las cosas, por haberse puesto respondón el otro día en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria en el que quedó adjudicada la ampliación del muelle Reina Sofía por 72 millones de nada. Recordarán que les hablábamos de que a los bandos en litigio les separaban 580 flecos, que fue lo negociado con las utes que concursaron como tope de la melena, no fuera a ponerse pedilón el personal más de la cuenta. Lo malo es que se metieron a negociar más de un peluquero, incluso de dos. Lo que produjo el crack en la peluquería.