Desconocemos qué viandas fueron las más celebradas durante este desayuno en el Ritz, aunque hubiera estado bueno que sirvieran salmón ahumado de procedencia nórdica, lo que habrá hecho las delicias de los más iniciados gourmets canarios. Al salmón se refirió en gallego el líder nacional del PP, Mariano Rajoy, quien auguró un gran futuro político a su delegado en Canarias, del que destacó el temple que tuvo para soportar “campañas que quedaron en nada porque nunca hubo nada”. La frase es de las del millón de dólares porque encierra en esas pocas palabras tres afirmaciones que pueden rebatirse muy fácilmente, y ello sin contar lo del “temple” soriano, que se ha traducido en una desbocada reacción de venganza que ya le ha costado tres disgustos, tres, en forma de sentencias judiciales adversas con expresa condena en costas. Pero analicemos la frase preclara de Mariano Rajoy, ese que nos quiere gobernar.