“No se enteran ustedes de nada: Gago no se va, lo echa Pepa”. Así de tajantes se mostraron este fin de semana nuestras fuentes radicadas en la secta planta del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, actualmente en el hotel de los líos, que pasará a residencial y a manos privadas en tres o cuatro años. Les dijimos que el jefe de Gabinete de la alcaldesa no se amañaba y que se iba, y nos corrijen: “no se va, lo van, o sea”. Dijimos que la alcaldesa habló con él el viernes de la semana pasada, y en realidad fue el jueves, y en ese encuentro, Pepa le dio de plazo hasta final de mes para que se busque otro echadero. Luzardo presume de tener un buen equipo de Gabinete y este pedazo de ultraliberal no parecía encajar muy bien. Dicen los informantes de la secta que su destino podría estar relacionado con algún centro o fundación de investigación y análisis de política conservadora, pero otras lo sitúan en el entorno del grupo Vocento, que anda buscando cómo penetrar por aquí. Dios mediante, que se dice.