Hay que ser auténticamente descerebrado para contribuir desde la calle a hacer más grandes a los que más nos están hundiendo. Este viernes hubo un tributo ciudadano de traca a los mercados gracias a la decisión de los que desde la calle y desde las redes sociales fomentaron precisamente lo que más conviene a los que ordenan oprimir a los pueblos: que no haya unidad. Repartir las responsabilidades de lo ocurrido este viernes 13 en el Consejo de Ministros, donde se perpetró el mayor ataque a los derechos ciudadanos de la historia de la democracia, entre el Partido Popular y el Partido Socialista solo provoca una carcajada de satisfacción en los ignotos mercados donde se temían una feroz reacción ciudadana exclusivamente contra el Gobierno de la derecha que actúa perfecta y milimétricamente teledirigido por aquellos. Extender hacia el único partido que mínimamente puede representar una alternativa progresista, que se ha opuesto a asuntos tan importantes contra la reforma laboral y que ya ha anunciado que se opondrá al nuevo paquete de tijeretazos, es debilitar las opciones diferentes. Y, como consecuencia, fortalecer las contrarias.