Cuentan los que han visto escrituras hasta hartarse, que sólo hay una rama de la familia Guimerá, los Guimerá Martínez, que no ha vendido aún sus piezas de suelo a Antonio Plasencia. Ni tienen por qué hacerlo a estas alturas. Esta rama, residente en Madrid, se personó en una ocasión ante el entonces presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Luis Suárez Trenor, para indicarle que estaban en disposición de vender sus terrenos al organismo que en teoría habría de ocuparse del desarrollo portuario, urbanístico e industrial de la zona. Suárez Trenor jamás les dio una contestación satisfactoria, pero poco después los Guimerá Martínez supieron por un habilidoso mensajero que aquel no era el interlocutor adecuado, que había que pasar por Plasencia. Suárez Trenor, uno de los más acendrados tesoreros de ATI, terminó sus días al frente de lo público de la manera en que los colectivos humanos se desprenden de quien fue muy útil en su día y se torna pesada carga de repente. Pero si don Luis hablara...