Nos embarga, sin embargo, la duda última sobre las intenciones de Arcadio Díaz Tejera al presentarse a la Secretaría Insular. Si le movió la mitomanía, su creencia de que es una persona imprescibible y que el mundo se equivoca no votándole, el equivocado es él, y a los resultados de este X Congreso nos remitimos. Pero si realmente lo hizo para dinamizar el PSC, para devolverle el pulso que él cree perdido, para tratar que un proceso electoral lo ponga en sintonía con la sociedad, tenemos Arcadio para rato. Está bien que haya iniciativas así. Y de remate, una maldad que circula por los mentideros políticos: ¿saben en que se diferencian los dúos Soria-Larry y Arcadio-Quintero (su ayudante de campo)? En que los segundos son banda ancha. Con perdón.