No se vayan a creer ustedes que la calma chicha que parece reinar los últimos días en las relaciones entre accionistas de la UD Las Palmas y el Cabildo, sector Angulo, va a durar toda la vida. De entrada no debe olvidarse que el día 30 habrá junta de accionistas porque está convocada y a ella habrá de ir la propuesta de cambiar el convenio de traslado del cub desde Ciudad Jardín a Siete Palmas. Las versiones sobre la marcha de las negociaciones varían según quién cuenta la feria. Pero de entrada hay que valorar quién está acudiendo a esas conversaciones y en nombre de quién: Andino lo hace en calidad de abogado de Germán Suárez; Salvador Cuyás, en representación de Manuel García Navarro; Antonio Marrero y Luis González, en representación propia de ellos mismos y del consejo de administración, lo que debe conducirnos directa o indirectamente a Gonzalo Angulo; y José Cabrera, consejero también, en nombre del Cabildo, del Instituto Insular de Deportes o del consejo de administración, tanto monta monta tanto que ni lo tenemos claro. De momento ninguna de las partes asegura que haya habido acuerdo, máxime si, como dice una de las facciones negociadoras, no puede alcanzarse acuerdo ante personas que no tienen capacidad decisoria porque han de consultar antes con Angulo. Otros, mucho más optimistas, a la par que informados, aseguran que va a haber acuerdo, “y beneficioso para ambas partes”, entendiendo como tales el Cabildo y los accionistas mayoritarios. Y nada les decimos sobre lo que algunos de los presentes opinan de los avisos de María Eugenia Márquez acerca de un posible concurso para el nuevo estadio. Prefieren hablar, los muy malones, de lo poco que le queda a la presidenta para irse a Australia.