Se queja amargamente Pepa Luzardo de que la Mesa de Contratación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria haya tenido que solicitar un nuevo informe ante posibles contradicciones detectadas por ese órgano en el concurso en cuestión. Nada sospechoso, por otra parte, que una Mesa de Contratación, antes de tomar las decisiones que le son propias, se dote de todos los elementos técnicos que pueda para no meter la pata. Todo lo contrario de lo que hizo Pepa Luzardo con el caso Isolux, donde pidió un segundo informe a un técnico manifiestamente incompetente en la materia porque no le gustó nada en absoluto que el primero de ellos, el que hizo el órgano correspondiente, la Unidad del Ciclo Integral del Agua, diera como ganadora a una empresa que ni a ella ni a Soria le venían bien que ganara. En un juicio por este asunto en el que quedó absuelto el periodista que denunció tamaña trapisonda, Luzardo llegó a confesar que no se leyó ese segundo informe porque estaba de vacaciones en el Sur, pero aún así le dio credibilidad suficiente respecto al primero para adjudicar aquellas membranas de potabilización a una empresa inexperta cuyos oficios han supuesto al consistorio serios perjuicios económicos y de calidad del agua de abasto. Y todavía le quedan ganas a la doña de hablar de concursos y de segundos informes.