Una descarada lagartija se sumó este martes a las plagas que ha sufrido la sede del Parlamento de Canarias en la tinerfeña calle de Toebaldo Power. No hemos encontrado a ese pequeño reptil, también conocido como lisa, en el nuevo catálogo rebajado de especies protegidas, que en esa misma jornada parlamentaria superó la enmienda socialista a la totalidad con el argumento de que los pocos seres vivos que continuarán bajo protección estarán ahora más seguros gracias a las sanciones que CC y PP quieren implantar. Pero por si fuera bicho a preservar, la señora Tavío, que presidía el pleno en el momento de la irrupción del reptil, solicitó a los servicios de la Cámara que lo retiraran sin hacerle daño y lo depositaran con mimo en los jardines del recinto. No quiere doña Cristina que le vuelvan a afear su ignorancia ante los endemismos de Canarias, que las lagartijas ni muerden ni te raspan cuando te revuelca una ola. Poco después firmó con Zerolo la descatalogación de Ángel Llanos, que ha pasado de ser especie protegida a pieza cinegética a abatir.