Algunos puntos de Las Palmas de Gran Canaria están presentando datos verdaderamente preocupantes para los que sostenemos que ésta es una ciudad segura. Ya hemos comentado aquí en alguna ocasión cómo el empeño de la Policía Local por prestar servicios que no le son propios reduce su efectividad en cuestiones como el tráfico. Este miércoles mismo se congratulaba el concejal de Seguridad por una operación de los Goia que acabó con la intervención de unos 700 gramos de cocaína. Pero también la Policía Nacional presenta algunos déficits, como el que se viene manifestando los últimos tiempos en el Paseo de Madrid, a pocos metros de la Supercomisaría. Ya era bastante suplicio para los vecinos que esa calle de Ciudad Jardín se convierta cada noche en un mercado de chaperos. Pero que de ahí se haya pasado a varios asaltos a vecinos y gamberradas contra los coches aparcados, empieza a agotar la paciencia vecinal.