Resulta que los socialistas también estuvieron de despedida, aunque sin abandonar los muros de la Carrera de San Jerónimo. Organizaron un pequeño piscolabis a la hora de comer para desear buena suerte a Ramón Jáuregui en su andadura por la Eurocámara. Lo que él mismo llamó “cementerio de elefantes”, de lo que después tanto se arrepintió. Pero a los periodistas les llamó la atención que ni Juan Fernando López Aguilar ni Magdalena Álvarez, que también dejan de ser diputados, se sumaran al asadero. A Jáuregui, algunos -también de otros grupos por su carácter dialogante- le echarán de menos. “Los aplausos de todos los grupos ponen de manifiesto que su ausencia será muy difícil de reemplazar por sus cualidades humanas y oratorias”, le dijo José Bono. Y es que la conversación de pasillo entre cinco ex ministros de Zapatero (el escaño los cría y ellos se juntan) ha dado lugar a habladurías sobre si estará surgiendo un grupo crítico frente al presidente del Gobierno. Porque al calor del verano y de los “brotes verdes” de la economía surgen delirios de lo más curioso sobre otro tipo de brotes que sí que están verdes, muy verdes...