Ya se le quitó el cabreo a Juan Fernando López Aguilar por el nada asumible hecho de haber sido relegado a la oposición a pesar de haber ganado las elecciones en Canarias por más del 30% que Rajoy exige ahora para una muy hipotética ley electoral española. Y olé. El ex ministro de Justicia ha considerado preciso hacer el discurso que hizo hasta la investidura de Paulino Rivero, y ahora ha abrazado, junto a su grupo parlamentario, una nueva táctica, mayormente dirigida a transmitir a la ciudadanía que el Gobierno de ATI y el PP no va a funcionar bien. Sin acritud y sin navajeos quiere hacer una oposición dura y para eso antes debe ser creible dentro de su propio partido. Por eso ya desmiente de modo contundente a los que dicen que renuncia a ser secretario general regional en sustitución de Juan Carlos Alemán.