Bonito espectáculo el del domingo en el palco del Estadio de Gran Canaria, con Soria y los suyos recluidos en la zona reservada al Cabildo, y con el ministro de Justicia, al otro lado, presidiendo el acto, como es menester. Testigos presenciales destacan la frialdad en el saludo de ambos políticos y la masiva presencia de consejeros del Cabildo arropando a su líder carismático ante la avalancha de pitos, flautas, gritos e insultos que le cayeron encima. Si fuéramos en plan reponedores por la vida, casi diríamos que cuando se hacen mal las cosas te puede caer un cogotazo, una cachetada canaria (mano abierta hacia el tronco del oído) o lo que le pasó a Soria el domingo. Mientras, lejos del palco, confundido entre el público, el magistrado Cobo Plana, que sigue siendo noticia para bien, jugaba con un pájaro canario, de los que hacen pío-pío. Esto de los jueces en el fútbol va a ser otro endemismo canario. Pero debemos seguir felicitándole y animándole.