Los recortes presupuestarios son los que son, por mucho que nos puedan parecer insuficientes, ilógicos o poco eficientes los que ha acometido el Gobierno de Canarias para terminar encabezando el ranking de autonomías más endeudadas. Pero esos recortes han afectado también a la Consejería de Turismo y a una parte, sólo a una parte, de sus gastos en promoción a través de manifestaciones deportivas. Un jugador de la talla internacional del grancanario Rafael Cabrera se pasó el año pasado entero luciendo publicidad en su atuendo y equipamiento para, llegado noviembre, enterarse por boca de María del Carmen Hernández Bento, viceconsejera de la cosa, de que no había dinero para pagarle los 20.000 euros comprometidos. Cierto es que no había contrato firmado, pero también es cierto que tampoco lo había habido en 2007 y nadie se negó a pagar lo que correspondía frente a la presentación de las correspondientes acreditaciones de que la parte contratante había cumplido con su parte del trato.