El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Jugar del lado de Briganty
Han causado cierta conmoción, tirando a marejada con áreas de fuerte marejada, las noticias, comentarios y análisis publicados estos días en torno al nuevo affaire Alba, por llamar así a la enésima incursión en el patinaje artístico del magistrado Salvador Alba, miembro de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas y presidente de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura en Canarias. El voto particular que con mucho cariño y respeto le propinó en salva sea la parte de Alba su compañero de sección Emilio Moya es de los que hacen época, porque no estamos acostumbrados por estos lares a la ruptura del monolitismo judicial por aquello del tan perjudicial del “arrieritos somos”. Y tal y cual. Alba, como recordarán, pretendió con un auto muy chiripitifláutico convertir en acusados a dos jueces y un secretario judicial que en realidad eran denunciantes, y transformar en héroe nada menos que al abogado madrileño Alfredo Briganty Arencibia, imputado por el caso eólico y sumido desde que adquirió tal condición en una rocambolesca cruzada para tratar de descalificar la instrucción de tan escandaloso asunto de corrupción del Partido Popular. Tras muchos cabezazos contra las paredes, Briganty vio los cielos abiertos cuando uno de sus recursos cayó en manos de Salvador Alba, que comparte con él el gusto por darle a Miguel Ángel Parramón, señero representante de las esencias progresistas en la judicatura desde que fue dirigente de Jueces para la Democracia. El reboso de Briganty nos ha animado a repasar este fin de semana las hemerotecas para descubrir a quién ha beneficiado ?seguramente sin pretenderlo- el auto firmado por Salvador Alba con el apoyo incondicional (¿hemos dicho incondicional?) de su compañero de patinaje artístico Carlos Vielba.
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