En un auto dictado el pasado 6 de julio, la titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 4 de Las Palmas de Gran Canaria ha vuelto a propinarle un sonoro correctivo al Cabildo de Lanzarote diciéndole que ésas no son formas de ejecutar una sentencia. En concreto le viene a decir que el acuerdo de la Mesa de Contratación del pasado mes de junio por el que se desiste de ese concurso no es lo que el juzgado ordenó, así que le insta de nuevo a “la inmediata ejecución de la sentencia en sus propios términos y con los apercibimientos legales”. Es decir, que se retrotraiga el expediente de este dichoso concurso al momento en que la Mesa de Contratación debió excluir la oferta de KPGM Consultores y continuar con la tramitación y adjudicación. Pero el presidente no quiere que se haga esa auditoría, o no quiere que la haga Canariaudit, a la que señala como contaminada por haber hecho en el pasado una asistencia externa a los centros de Arte, Cultura y Turismo de esa institución. Veremos cuál es el próximo capítulo de este penoso culebrón.