Ya habrán leído en la crónica de nuestro compañero Julio Cruz lo que dieron de sí las comparecencias de este miércoles de dos de los imputados en la Operación Eolo, en la que se investiga la trama de corrupción detectada en la Consejería de Industria en aquellos gloriosos momentos en que la gobernaba (con bidé personal incluido) el consejero Luis Soria. Nada nuevo bajo el sol, salvo la aparición estelar que hizo en el foro canario el letrado madrileño Javier Iglesias Redondo, que irrumpió en Granadera Canaria con una cicerone de excepción, la procuradora Benítez, del PP sector por qué no llevo yo tus asuntos. Por si tenían ustedes alguna duda de las intenciones del PP al personarse en la causa como acusación popular (que lo vuelvan a picar menudo, que lo queremos para la cachimba) sepan que la primera acción del señor Iglesias (hey!!!) ha sido pedir que se adelante la declaración de Luis Soria, es decir, el defendido de la acusación popular. Para tararí y no echar gota, oiga.